Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas https://donnahjgn179394.blog-gold.com/52511518/así-fue-el-impacto-del-cabezazo-de-zidane-en-el-mundial